Una Hacienda, Un Señor... La Vida





Una Hacienda un Señor


El señor de una hacienda, tenía que partir de viaje así que buscó entre todos sus servidores al más entregado y que que tantas veces, ya, le había demostrado su lealtad y afecto... durante un tiempo, estuvo enseñándole el modo de hacer y dirigir todas las labores para que su hacienda siguiera prosperando, en paz, y dando los mejores frutos durante su ausencia. Así pues; finalizado el aprendizaje del servidor mayor, llegada la fecha señalada para la partida, tomó el testigo de su señor y, este, marchó.


Lo que sucedió después fue, que con el paso del tiempo, el servidor mayor, olvidó a su señor y se creyó; él mismo, el auténtico (el señor)… y también olvidó las correctas instrucciones recibidas, pensado que, “cada maestrillo tiene su librillo” y él, sabía muy bien cómo organizar “su hacienda” sin más consejo que el propio.


Aquí, me sorprendió el refrán que sentencia:

el ojo del amo engorda el caballo”


y podemos explicar esta, al gusto; así que, una servidora, la descifraría así:


el ojo del criado, engorda su propia ambición y debilita al caballo” (aunque no siempre sea así, cuesta trabajo, en ciertas situaciones, no echarse a perder y equivocarse)


Bien, cuando el auténtico y real señor de la hacienda regresó ¿Qué sucedió?


Pues sucedió lo natural… el señor quedó sorprendido e impactado. Pero, a pesar de ello, no le echó de la hacienda ni del cargo de servidor mayor (¡Soorpreesaa!)


Conocía muy bien a su sirviente,(él le había criado) también conocía a la perfección la debilidad humana y su ambivalencia…


pensó, que había pasado demasiado tiempo fuera, “sí, le había dejado demasiado tiempo solo, sin ningún “control,..” cuando nadie le había enseñado ese arte o dominio de sí mismo”. Al fin y al cabo, su sirviente siempre había sido eso, un sirviente… dedicado a servir según las directrices de un señor.


Así que, habló con él, (como la madre habla a su hijo)


... y le dijo que si estaba dispuesto a seguir a su servicio, él le educaría en el arte del control… que no es otro que el del discernimiento, la conciencia y sobre todo el amor. También le dijo, que él, aunque estuviera ocupado en el séptimo piso, le atendería de inmediato en sus dudas… que le amaba y agradecía el inmenso servicio que durante tanta vida le había prestado, y que deseaba que siguiera trabajando a su lado… que, desde luego, no podía prometer que algún día dejaría de ser aquello para lo que fue creado, que nunca dejaría el cargo de servidor mayor para convertirse en señor; porque

una hacienda puede tener muchos criados, pero un solo señor;


y le recordó que no se dejase engañar ni engatusar por las malas artes del vecino, que aquél, lo que le ofrecía era oro hueco, no señorío,... que sus promesas eran vanas, cual semilla podrida o cáscara seca y vacía.


……………………………………………………….


El ego, es un gran servidor; pero, durante mucho tiempo va solo por la hacienda… y no es aconsejable dejarle tanto tiempo solo.


Y el Ser, ES el señor; el amado de la amada, (el Alma, … que siempre le espera)



y esta entrada, queridos, tiene continuidad, Sí, porque ya sabéis que “no solo de pan vive el hombre..”

y que, “por sus frutos los conoceréis”


¡Perdón, perdón…!


Quise decir y ahora digo:


POR NUESTROS FRUTOS NOS CONOCEREMOS


y otra cosa, los frutos nos son casualidad ni se dan así porque sí ¿cierto?


Porque ya se sabe, si siembro una semilla de limonero y la alimento con buena tierra, la riego lo necesario y la cuido... y la semilla es fértil, nacerá un limonero y sus frutos serán los limones… no nacerá un olivo ni dará olivas ¿verdad…?

 

así que a mirar  qué frutos doy... porque a veces, damos sapos y culebras y encima creemos que es porque otros son "taan inconscientes..."

pero la verdad es que aunque la influencia existe, si nuestra siembra fuera desde el señor y no desde el sirviente, los frutos serían otros...

 

y bueno, en eso ando yo, mirando de 

cerca y viendo cómo a ratitos, me olvido 

de atender y dejo solo al sirviente may

or, que hace lo que puede, pero eso, no 

 

suele ser bueno para mí ni para otros...


Pos eso, ñoras, ñores… que esto sigue.


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Y hablando de limoneros, no sé si recordáis que hace unos tres años, sembré una semilla de limonero y en el otro blog os puse un par de fotos de cuando nació y luego cuando ya estaba más grandecito, como de 40 o 30 cm.


Pues ya me supera en altura,

puede tener cerca del 1,80 … y qué preciosidad de limonero tengo en la terraza.

En Sevilla, es muy típico y hermoso tener un limonero en el patio pero como no tengo patio, pues lo tengo en terraza...

 

https://youtu.be/fGsIgUWC14E?feature=shared 


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