Cuando pesa la vida, toca hacer dieta
¡Hagamos
dieta… venga!
¿Dieta a estas alturas?
Sí, ya sé que el verano lo estrenamos hace rato, que “ya se afeita y más cosillas...” y que; las dietas veraniegas se comienzan antes, bastante antes de que, “Don Lorenzo” apriete fuerte y se nos cuele a todo gas por las puertas, las ventanas y entre las sábanas, persiguiendo a “Dª Catalina”; pero. `.
“¿A quién no le sobra algo de ‘peso’. `. ?”
y si no le sobra, tal vez, le falte algo… algo así como energía. Por ejemplo; habréis notado que cuando la energía falta, vamos muy “pesados” y cansados (“avive el seso y despierte” alma dormida, cierra 0j0s y 0id0s al mentidero ¡recuerda quien eres!) vamos sin fuerza y sin ganas… el ánimo o ánima se siente muy apagada (“pide candela y ¡sopla, sopla que no se apague, gitano!”) jaja
Pues sí, cuando hablo de dieta, no hablo de “operación bikini”… bueno, un poquito también, porque hay “alimentos que matan” y también cositas muy ricas que sanan y podrás brillar en él. Pero hablo de, carga y descarga de energías…
Por ejemplo:
Nos cargamos de energía vital y nos descargamos de pesos y sombras que nos la roban o vacían si…
Si caminamos descalzos sobre piedra natural (incluso por asfaltos) sobre la tierra o arena, el barro; hierba; si paseamos al aire libre al sol, por supuesto, igualmente si paseamos o descansamos bajo la arboleda… un árbol es una gran batería de energía (imaginad, pues, la energía inmensa de los parques, jardines y bosques )
El agua también es una gran sanadora, limpia (descargando mucho más que suciedad) y carga, llenando de energía muy serena, grata y acariciadora… agua dulce agua salá, siempre habrá alguna a tu lado.
Maś cargadores:
El aire, la brisa… y no solo para el tiempo cálido. Cuando hace frio, si estás muy confuso o agobiado, salir a dar una vuelta y tomar un buen chute de aire fresco, bien fresco, nos despeja, relaja y diría que hasta nos hace sentir la chispa de la felicidad sin café, sin copa y sin puro :)
Resumiendo, la naturaleza está a nuestro alcance y nosotros estamos para ella… porque también estamos aquí para servirla. Cuando “trabajamos en y para ella” no solo estamos devolviendo un poco de lo que ella nos ofrece, sino que hasta en esa entrega de nuestro tiempo y “trabjo” obtenemos su bendición y energía…
A veces basta con la contemplación para re-animarse… ¡qué cosa más bella contemplar el rocío, por las mañanas, sobre las hojas verdes, sobre las flores; respirar profundamente ese frescor… aaah !
La contemplación de la lluvia, que caída del cielo se une a la tierra y la enternece y la remueve ¡el olor que se desprende de tan mágico y natural re-encuentro!
¡Qué maravilla, también, contemplar la niebla en la montaña, o en tu misma calle… observar cómo va cayendo y cubriendo todo con su velo húmedo y blanquecino!
Pasear o sentarse meditativo, solo respirar consciente y callar “a la loca de la casa” un ratito al menos… hay tantas alternativas en La Naturaleza, “esa despensa” para la vida nuestra, de todo, por estos “barrios bajos...”
Pero; hablando de callarse,
ya me callo; considero que es llegado el momento de parar. Dejemos espacio al silencio y la presencia
¡gracias!
"Creo en cierta combinación de esperanza y luz que dulcifica los peores destinos. Creo que esta vida no lo es todo; ni el principio ni el fin. Creo mientras tiemblo; confío mientras lloro." lo dijo : Charlotte Brontë
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