la última nieve de una primavera

 

 


 

 

 

Puede haber pasado mucho tiempo desde que aquella semilla anidó en su lecho, aquél hueco oscuro y cálido… ese, que durante tanto tiempo la guardó; cuanto pudo, en amor y esperanza… protegiéndola, alimentándola… convenciéndola para permanecer, para asumir el sino con el Sí poderoso ante todo dolor, ante toda pesadilla, ante el odio, la rabia y la decepción que, cual fuego, amenazaba con la ceniza y desaparición de lo vano…


Puede haber existido ese tiempo del no tiempo, interminable, ese; que a su momento abre y deja lugar para aquella semilla que no desapareció consumida y asumió un destino… y así, realice la transformación, incrédula ante la última nieve de una primavera original…

promoviendo la apertura de la tierra oscura que la guardó, como un brote de la rama viva que no se secó.



……………


Respirar es un gesto automático y simple, tal vez, por eso le damos tan poco valor; porque siempre parece estar; porque no contamos con su ausencia... Pero el acto de la respiración es mucho más que el mantener  un mínimo de oxígeno.

La respiración nos alienta, y ese aliento es tan auténtico que puede cambiar el rumbo y el  ánimo... así que, allí donde estés y estés como estés...  coge aliento, que siendo algo simple, su importancia es mucho más que vital.

Es la diferencia entre vivir o morir

 

https://youtu.be/zRdaLkacInI?feature=shared 

 

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